La búsqueda de sentido en el trabajo y la evolución de los modos de organización están llevando a cada vez más empresas a adoptar nuevos modos de gestión centrados en las personas. La cultura empresarial, los valores humanos y el bienestar en el trabajo adquieren cada vez más importancia. El management basado en valores, aunque poco conocido, es una filosofía de gestión especialmente adaptada a las problemáticas organizativas actuales.
¿Qué es la gestión basada en valores?
El management basado en valores es un método de gestión empresarial que surgió a finales de los años 80. Su objetivo es aplicar la gestión a través del prisma de los valores corporativos. Los valores son la suma de nuestras creencias, motivaciones y expectativas, que se manifiestan a través de nuestros comportamientos, hábitos, decisiones y acciones diarias.
Este enfoque de la gestión de los recursos humanos basado en valores se opone a la gestión por reglas, según la cual la búsqueda del rendimiento a cualquier precio acaba por oscurecer los valores subyacentes de la organización. En definitiva, la gestión basada en valores pretende situar los valores y la cultura organizacional en el centro de las prácticas de gestión.
¿Por qué implementar el management basado en valores?
Implementar un enfoque de gestión basado en valores dentro de tu empresa es beneficioso de muchas maneras. Por ejemplo, puede:
- Dar sentido al trabajo y a las acciones cotidianas.
- Reforzar el compromiso, la motivación y el sentido de pertenencia de los equipos.
- Fortalecer la cohesión, el espíritu de equipo y la colaboración.
- Facilitar la comunicación, la eficiencia y la productividad.
- Crear una visión común que involucre y movilice.
- Fidelizar a los empleados y reducir la rotación de personal.
- Permitir que la empresa destaque en el panorama competitivo.
- Mejorar la resolución de conflictos.
- Mejorar el rendimiento.
- Aclarar los objetivos.
- Proyectar una imagen de marca auténtica, transparente y alineada con la cultura de la empresa.
¿Cómo implementar la gestión basada en valores?
La implementación del management basado en valores puede adoptar muchas formas, dependiendo del modelo organizativo de la empresa y de su cultura corporativa. Sin embargo, para ello es necesario seguir una serie de pasos fundamentales:
Definir claramente los valores de la empresa
Este es un requisito previo: los valores deben ser claros para todos y lo suficientemente fuertes como para movilizar a todos los empleados. Pueden ser valores exógenos (proyectados al mundo exterior) y valores endógenos (internos). Por ejemplo:
- Excelencia
- Benevolencia
- Innovación
- Confianza
- Adaptabilidad
- Sensibilidad
- Escuchando
- Ejemplaridad
- Proximidad
- Intercambio
- Mente abierta
- Humildad
- Inteligencia colectiva
Los directivos, ejecutivos y empleados deberán llevar a cabo una profunda reflexión para definir (o aclarar) los valores humanos, morales y éticos, así como la razón de ser de la empresa y su visión a largo plazo. También es importante cuestionar los compromisos sociales y medioambientales de la empresa y la implementación de un enfoque de RSE (Responsabilidad Social Corporativa), las normas ISO, etc.
Comunicar y compartir los valores de la empresa
Los valores no deben quedarse en una mera lista o un discurso para promocionar la imagen de marca. Es importante comunicar periódicamente los valores de la empresa, ya sea a través de reuniones, intercambios informales, entrevistas individuales, formaciones, eventos de la empresa o herramientas digitales como una newsletter interna.
Integrar valores en las prácticas de gestión diaria
Los directivos deben integrar y transmitir estos principios fundamentales a través de su práctica profesional diaria: estilo de gestión; estilo de comunicación; estilo organizativo; forma de dirigir equipos, de solicitar la opinión de los demás, de dar responsabilidades, de implicar a los empleados, de apoyar y animar a los equipos, de integrar a los empleados en el proceso de toma de decisiones, etc.
También es esencial seguir siendo ejemplar y encarnar los valores de la empresa a través de su propio comportamiento, de sus interacciones, de su forma de reaccionar ante el estrés o de expresarse, etc. Estas pequeñas acciones cotidianas son todas ellas oportunidades para promover los valores de la empresa y afianzar un management basado en valores.