Imagínate este escenario. Te unes a una nueva empresa y estás encantado con tu
jefe.
Luego, tres meses después, justo cuando desarrollas una relación sólida, pasas
por una reorganización y te asignan un nuevo jefe. Los despidos y las
frecuentes reorganizaciones son una dura realidad en la economía actual. Por
lo tanto, no es raro que los empleados comiencen una vez más con un nuevo
gerente cada pocos meses. La pregunta es: ¿cómo puedes seguir siendo
productivo, mantener la continuidad y hacer crecer tu carrera con una buena
relación con un nuevo jefe?
En la mayoría de los casos, pasar por muchos gerentes durante su mandato en
una empresa es un desafío, pero inevitable. Lo que puedes controlar es cómo
reaccionas. En lugar de resistirte al cambio, sé proactivo. A continuación, se
ofrecen algunas razones para dar una primera impresión positiva y consejos
para establecer una buena relación con un nuevo jefe desde el primer día.
Por qué es importante trabajar bien con un nuevo jefe
Seamos realistas: construir una sólida relación con un nuevo jefe puede
impulsar tu carrera. Cuanto mejor te conozca y sepa de tu trabajo, más
probabilidades tendrás de ser recompensado con asignaciones de alto perfil,
ascensos y aumentos salariales. Otra razón para trabajar bien con tu jefe es
que beneficia tu salud mental. Según un
estudio del Workforce Institute de UKG, los directivos tienen un impacto más significativo en nuestra salud mental
(69%) que incluso los médicos o terapeutas.
Con estos datos es sorprendente que cuando tienes una actitud mental positiva,
seas más productivo, tengas más energía y estés más comprometido con tu
trabajo. Además, existen beneficios a largo plazo. Establecer una buena
relación con tu gerente significa que es más probable que se convierta en tu
mentor y te brinde una referencia favorable en el futuro.
Consejos para trabajar con un nuevo gerente
Es fácil convencerse de que el nuevo jefe pronto será reemplazado. Entonces,
¿por qué molestarse en invertir en la relación? La verdad es que es muy
importante. En primer lugar, no se puede estar seguro de cuánto tiempo estarán
en ese puesto. Y dado que tu relación es simbiótica, tu esfuerzo sólo
garantizará que disfruten de tu trabajo. De hecho, las relaciones con la
dirección son un factor importante en la satisfacción laboral de los
empleados, según un
análisis de McKinsey.
Entender sus prioridades
Tu primera tarea es comprender el papel y las prioridades de tu nuevo gerente.
Luego, esfuérzate por alinear tus prioridades con las de él. Es fundamental
que seas consciente de cómo tu función contribuye al logro de sus objetivos.
Una vez que establezcas puntos en común, estarás en una mejor posición para
comprender su visión y hacer todo lo posible para respaldarla.
Anticipar sus necesidades
Una de las mejores maneras de anticipar las necesidades para tener una buena
relación con un nuevo jefe es entrenarte para pensar como él. No es necesario
ser un lector de mentes. Simplemente trata de comprender sus expectativas y
mantente proactivo. No dudes en hablar y compartir ideas que beneficien a la
organización. Además, mejora tu visión para los negocios para que puedas
pensar en formas de aumentar la eficiencia y hacer la vida más fácil a tu
nuevo gerente. Si vas un paso por delante de él, eventualmente podrás
presentarle soluciones en lugar de quejas.
Haz preguntas inteligentes
Otra forma de establecer una buena relación con tu nuevo jefe es realizar
preguntas reflexivas e indagatorias. La razón es doble: establecerte como un
curioso jugador de equipo y al mismo tiempo conocer mejor al nuevo gerente.
Aquí hay unos ejemplos:
- ¿Cómo prefiere comunicarse?
- ¿Cuáles son sus principales prioridades para este año?
- ¿Cuál es el mayor desafío de la empresa?
- ¿Cómo puedo apoyarlo mejor y agregar valor?
- ¿Tiene alguna recomendación sobre cómo puedo mejorar mi rendimiento?
Practica la empatía
Ser gerente puede resultar muy aislante, así que trata de comprender sus
sentimientos y perspectivas. Desarrolla tus habilidades para escuchar y brinda
comentarios que le permitan saber que estás de su lado. No solo le ayudará a
confiar en ti, sino que también comprenderá mejor tus inseguridades y
desafíos.
Adaptarse a su estilo de comunicación
Parte de la gestión es adaptarse al estilo de comunicación del nuevo gerente.
Por ejemplo, ¿prefiere recibir actualizaciones por correo electrónico o en
persona? ¿Quiere saber cada detalle de tus proyectos o sólo el panorama
general? ¿Está más centrado en las tareas o más orientados a las personas? Al
tomar medidas para adaptar tu estilo de comunicación, fomentarás un entorno de
trabajo dinámico y próspero.
Establecer una buena relación con un nuevo jefe nunca es fácil, pero adaptarse
es la clave del éxito. Si bien empezar de nuevo puede parecer una tarea que
lleva mucho tiempo, hay un lado positivo. Con cada nuevo gerente, aumenta la
red de personas que pueden dar fe de tu trabajo. Eso sí que es algo que
celebrar.