En marzo de este año, se informó sobre un estudio que muestra que la ansiedad en el lugar de trabajo se ha disparado hasta convertirse en el problema número uno entre los trabajadores. El último análisis de datos de ComPsych, basado en una muestra representativa de más de 300.000 casos en EE. UU., encontró que la ansiedad por productividad es ahora el problema número uno entre los trabajadores, superando la depresión, el estrés, los problemas de pareja/relaciones, los problemas familiares y la adicción y el duelo.
Recientemente se han citado los resultados de 2024 de la encuesta anual de salud mental de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) que muestran que los adultos se sienten cada vez más ansiosos. En 2024, casi la mitad (43%) de la población dice sentirse más ansiosa que el año anterior, frente al 37% en 2023 y el 32% en 2022.
Algunos empleados luchan diariamente contra la "ansiedad por la productividad"
Ahora hay más datos que muestran que la “ansiedad por la productividad” (la sensación de que siempre hay más que uno debería hacer) está omnipresente en el lugar de trabajo. Una encuesta de Workhuman realizada a 1000 empleados de tiempo completo encontró que el 61% de los trabajadores dicen que son productivos en el trabajo, pero esto tiene un coste. Un total del 80% informa que tiene "ansiedad por productividad" y más de un tercio tiene ansiedad en el lugar de trabajo varias veces a la semana.
La “ansiedad por la productividad” es mayor entre la Generación Z: el 30% la lucha a diario y el 58% la padece varias veces a la semana. Cumplir los plazos es el principal indicador de tener “un buen día” (68%), y cometer errores encabeza la lista como señal de un “mal día” en el trabajo (49%).
La “ansiedad por productividad” es un fenómeno global y que los trabajadores, especialmente, están obsesionados con la productividad y la cultura del ajetreo. Se reconoce que la obsesión por la productividad prioriza el rendimiento sobre el bienestar, lo que genera agotamiento, estrés y una menor calidad de vida. Para los estudiosos, el desafío es encontrar un equilibrio que promueva la eficiencia y el éxito sin comprometer la salud física y mental.
Impulsada por el auge tecnológico de la década de 1990, la cultura del ajetreo ha enaltecido el exceso de trabajo, promoviendo la idea de que la productividad constante es una insignia de honor que se encuentra en la piedra angular del éxito y la innovación. Este dato muestra a los trabajadores que lograr sus metas profesionales implica un esfuerzo constante para un desempeño mejor, aunque ello suponga una merma en su bienestar personal y todas las papeletas para el sufrimiento de su salud mental.
Para los expertos, despedir generalizadamente también ha impactado en la ansiedad en el lugar de trabajo. La tercera parte de los trabajadores encuestados afirman sentirse afectados por los despidos. Además de la ansiedad por mantener una seguridad laboral, se reduce la confianza del trabajador cuando los despidos se disparan. Los despidos a menudo transfieren responsabilidades adicionales a los empleados restantes, lo que aumenta su estrés y presión para asumir más trabajo y protegerse contra posibles despidos futuros.
Los costes de la obsesión por la productividad
El Instituto Americano del Estrés informa que el estrés laboral cuesta a los empleadores, solo en EE.UU., más de 300 mil millones de dólares al año debido al ausentismo, la rotación, la disminución de la productividad y los costes médicos, legales y de seguros directos. Irónicamente, la OMS estima que la depresión y la ansiedad le cuestan a la economía mundial 1 billón de dólares al año en pérdida de productividad.
En términos de costes psicológicos, los especialistas reconocen que la relación entre el bienestar de los empleados y la productividad es compleja y multifacética, y añaden que la ansiedad en el lugar de trabajo conduce a un sentimiento de insatisfacción, con una lista abrumadora de logros y tareas pendientes y el miedo al fracaso. "Cuando el impulso de una persona por lograr logros está motivado por la duda o el miedo, puede provocar un estrés físico y psicológico constante". Esta tensión no sólo afecta al individuo, sino que también puede impregnar la dinámica del equipo y, en última instancia, dar forma a la cultura de toda una organización.
Qué deben hacer los empleadores para mitigar el problema
1- Establecer expectativas y objetivos claros.
Se debe enfatizar la importancia de que los líderes puedan establecer claras expectativas sobre el significado del concepto de productividad para la organización. Se tiene que priorizar las tareas cuando se identifica lo más importante o urgente y asegurarse de que los miembros del equipo lo tienen claro. Este enfoque no sólo reduce la incertidumbre, sino que también mejora la concentración y la productividad del equipo.
2- Dar reconocimiento y retroalimentación frecuente.
El reconocimiento y la retroalimentación deben ser funciones cruciales para mitigar la ansiedad por productividad. "Los encuestados de todo el mundo indican que recibir reconocimiento o premios por su trabajo, recibir comentarios más frecuentes y tener una comprensión clara de su impacto en los objetivos comerciales son las formas más efectivas de reducir la ansiedad por productividad", explican.
Los estudios demuestran consistentemente que los empleados que reciben reconocimiento regular experimentan niveles más bajos de agotamiento y tasas más altas de bienestar. Si bien el reconocimiento no cambia la carga de trabajo, tranquiliza a las personas sobre su desempeño y reduce algunos de los aspectos subjetivos de la ansiedad por la productividad. Esto fomenta un ambiente de trabajo positivo donde los empleados se sienten valorados, motivados y confiados en sus contribuciones.
3- Registrarse periódicamente.
Para evitar la ansiedad en el lugar de trabajo se recomienda ir más allá de las tradicionales revisiones anuales o trimestrales implementando un proceso continuo de gestión del desempeño.
Con este enfoque más moderno y centrado en el empleado se enfatiza la promoción, evaluación y mejora del desempeño de los empleados a través de controles regulares y específicos que se centran tanto en la persona como en su trabajo. También se debe enseñar a los gerentes cómo crear una sensación de seguridad psicológica en la que los empleados puedan compartir cómo se sienten realmente.
Crear un lugar de trabajo donde los empleados se sientan seguros y valorados conduce a una productividad más saludable y sostenible que beneficia a todos, no solo al resultado final. Se trata de crear lugares de trabajo que prioricen las necesidades humanas, alineándolos con los objetivos organizacionales para fomentar una cultura de desempeño que sea a la vez humana y efectiva.
4- Favorecer el descanso y el bienestar.
Se aconseja educar a los empleados sobre los beneficios y las herramientas de bienestar disponibles para ellos. Los empresarios deben fomentar la posibilidad de disfrutar de tiempo libre remunerado, escuchar activamente los retos que enfrentan los trabajadores en la gestión de sus cargas de trabajo y permanecer atentos a los signos de agotamiento. Promover un equilibrio entre trabajo y descanso es clave para mantener una fuerza laboral saludable y productiva que no dé lugar a la ansiedad en el lugar de trabajo.