A medida que un número cada vez mayor de empleados de la Generación Z se incorporan a la fuerza laboral, les resulta difícil adaptarse a las prácticas laborales tradicionales, lo que genera altas tasas de despidos. Una encuesta reciente ha revelado que un 60% de los empleadores ha ordenado el despido de empleados de la Gen Z apenas unos meses después de su contratación.
Esta cohorte de trabajadores puede ser la más diversa, motivada, consciente de las emociones y empática. Sin embargo, son vulnerables a los contratiempos en un espacio corporativo, ya que los gerentes y líderes los despiden, citando razones como la falta de iniciativa y las malas habilidades de comunicación.
Pero ¿son ellos los únicos culpables? La Generación Z sin duda se expresa abiertamente sobre las injusticias sistémicas, el cambio climático y los problemas laborales. También son expertos en tecnología y saben cómo afrontar los desafíos relacionados con ella. ¿Qué los frena y cómo pueden ayudarlos los directivos a adaptarse a la cultura laboral?
Según las investigaciones, hay cinco factores psicológicos que contribuyen a estos reveses.
1. La generación Z muestra una mayor conciencia emocional
A menudo se considera que la Gen Z es la más consciente de sus emociones, lo que les ayuda a conectarse con sus colegas y a defender su salud mental. Sin embargo, algunos podrían argumentar que estos empleados tienen dificultades para separar las emociones personales de la dinámica del lugar de trabajo, pero la resolución eficaz de conflictos se vuelve imposible si los gerentes se niegan a abordar estos temas con empatía.
Una encuesta de 2024 indica que más del 80% de los empleados de primera línea de la Generación Z se enfrentan al agotamiento en el trabajo. Pero el desafío es mutuo. Otra encuesta de este año descubrió que el 18% de los gerentes están, a su vez, considerando renunciar debido al estrés que implica gestionar a los empleados de la Generación Z.
Encontrar el equilibrio adecuado entre empatía y profesionalidad es fundamental. Los líderes pueden fomentar un entorno de trabajo más saludable creando espacios y momentos designados para que los empleados expresen sus inquietudes, al tiempo que garantizan un ambiente profesional durante las tareas laborales críticas.
2. Diferentes estilos de comunicación provocan divisiones entre colegas
Si un empleado Gen Z le envía un mensaje de texto para informarte sobre su disponibilidad para charlar ese día, no te sorprendas de que no te haya enviado un correo electrónico. La Generación Z prefiere comunicarse de manera concisa, directa e informal mediante plataformas de mensajería de texto, lo que puede entrar en conflicto con las expectativas de formalidad y protocolo de las generaciones anteriores.
Este reto se vuelve más pronunciado en entornos de trabajo híbridos o remotos, donde la mayor parte de la comunicación se realiza a través de mensajes de texto o correo electrónico, lo que puede generar malentendidos o conflictos. Dicho esto, la Generación Z no es reacia a la comunicación cara a cara; simplemente tiende a utilizar más métodos basados en texto.
Si eres tú el que recibe la llamada y te confunde su jerga, pregúntales qué quieren decir en lugar de reprenderlos por ser poco profesionales. Si les dedicas suficiente tiempo, es posible que incluso descubras que su forma relajada de comunicarse fomenta la camaradería y una sensación de cercanía.
3. El vacío de retroalimentación es una barrera para el crecimiento
La Generación Z, que creció en una cultura de comunicación instantánea y validación interpersonal, se nutre del feedback. Una encuesta de 2018 sugiere que más del 65% de los empleados Gen Z quieren recibir retroalimentación con frecuencia, al menos una vez a la semana. Sin ella, pueden sentirse desconectados y estancados, especialmente cuando se trata de trabajo autónomo.
Además, aunque los empleados de la Generación Z poseen las habilidades técnicas necesarias para sobresalir, pueden carecer de habilidades blandas, como por ejemplo la capacidad organizativa. Los gerentes deben guiarlos en las tareas con paciencia, incluso cuando cometan errores.
Es fundamental recordar que las universidades suelen impartir un conjunto de habilidades completamente diferente de las que se requieren en el lugar de trabajo. Si bien la brecha entre la cultura universitaria y la del lugar de trabajo se está reduciendo gradualmente, sigue siendo significativa, lo que deja a los recién llegados sin preparación para el tipo de trabajo y los entornos con los que se encuentran.
Si eres un miembro Gen Z en el lugar de trabajo, intenta hacer tantas preguntas como sea posible, especialmente en los primeros días. Conoce a tu equipo para que puedas identificar al punto de contacto adecuado para cualquier desafío que enfrentes. Las expectativas poco claras y las evaluaciones de desempeño tardías pueden generar frustración, pero recuerda que no debes tomarte a pecho ningún error. Todo es parte del proceso de aprendizaje.
4. Los valores desalineados crean conflictos
La generación Z tiene un conjunto de valores completamente diferente al de otras generaciones. Priorizan la inclusión, la flexibilidad y el trabajo con un propósito, lo que a veces puede entrar en conflicto con los valores laborales tradicionales, como la jerarquía y la estabilidad.
El conflicto surge cuando estos valores diferentes afectan la productividad. Por ejemplo, un empleado de la generación Z que solicita un día de salud mental durante un período de alta presión puede causar frustración inadvertida entre sus colegas que deben asumir trabajo adicional.
Los Gen Z se esfuerzan constantemente por lograr un equilibrio entre el trabajo y la vida personal. En consecuencia, la falta de flexibilidad por parte de los líderes a la hora de adaptarse a sus necesidades puede provocar insatisfacción laboral.
Una forma eficaz de superar la brecha generacional es establecer expectativas claras desde el principio. Con una comprensión compartida de las responsabilidades y los resultados, respaldada por la cooperación y el respeto mutuo, los lugares de trabajo pueden aprovechar mejor el potencial de su nueva cohorte sin alienarlos.
5. Los lugares de trabajo no cumplen con sus expectativas
Muchos trabajadores de la Generación Z ingresan al mercado con grandes expectativas de satisfacción laboral y progreso profesional. Sin embargo, terminan enfrentándose a despidos, inseguridad laboral o microgestión, lo que puede ser una dura prueba de la realidad.
Las investigaciones muestran que 1 de cada 4 empleados Gen Z no está satisfecho con su trabajo y el 20% ya está considerando dejarlo. Una encuesta de McKinsey & Company de 2022 también muestra que es más probable que sean autónomos o tengan varios trabajos en comparación con sus homólogos de mayor edad.
Los líderes deben escuchar activamente sus demandas y adaptar sus estilos de gestión para fomentar una cultura laboral más inclusiva y solidaria. Esto significa no solo brindar retroalimentación constructiva y reconocimiento, sino también crear oportunidades para el desarrollo de habilidades y el crecimiento profesional. En lugar de depender únicamente de su iniciativa, recibir capacitación y flexibilidad puede ayudar a la Generación Z a prosperar.
Los Gen Z prosperan en un entorno laboral positivo donde se recompensa y valora el buen trabajo, las horas extras están bien remuneradas y hay entornos de trabajo híbridos disponibles. Valoran la transparencia y la colaboración, por lo que los líderes deben priorizar la comunicación abierta e involucrar a los empleados más jóvenes en los procesos de toma de decisiones siempre que sea posible.
La conciencia emocional, los estilos de comunicación y el enfoque basado en valores de la Generación Z están transformando el lugar de trabajo, pero estos rasgos también pueden generar contratiempos y riesgos de despido. Necesitan equilibrar sus fortalezas con estrategias para superar los desafíos, incluida la comunicación adaptativa y la búsqueda de retroalimentación. Al alentarlos a colaborar y ayudarlos a enfrentar los desafíos en el lugar de trabajo, los líderes pueden crear entornos armoniosos y productivos que beneficien a todos.
En definitiva, la Generación Z y sus empleadores deben llegar a un acuerdo. En lugar de centrarse en sus diferencias, deben prestar atención a lo que pueden aprender el uno del otro, ya que ambos ofrecen valiosas lecciones sobre cómo debería ser y sentirse el lugar de trabajo moderno.