El mundo se mueve a un ritmo vertiginoso, a una velocidad nunca antes vista. Se acumulan nuevos hitos -especialmente los asociados a la tecnología-, que evidencian un acervo en la innovación en los últimos años sin precedentes para con el timeline de la historia.
Nuestra sociedad se está transformando, y lo hace con un marcado carácter digital. La OCDE afirma que en la próxima década uno de cada tres puestos de trabajo en el planeta se transformarán (más de 1.000 millones de puestos). Y de ellos, según Goldman Sachs, unos 300 millones tienen un cuño muy especial, ya que se verán redefinidos por ese nuevo fenómeno que ha irrumpido en nuestras vidas, la Inteligencia Artificial.
El punto de partida
En términos puramente laborales, nuestro punto de partida sin embargo es otro. Estamos en eso que podríamos denominar La Paradoja del Empleo. En nuestro país de forma persistente concluimos que con casi 3 millones de parados hay 150.000 vacantes de empleo que no se cubren. Acucia esa situación el hecho de que seamos líderes de la UE en desempleo juvenil y que nuestro talento senior cope el paro de larga duración.
Nuestros retos hoy son diversos. Envueltos en un halo tecnológico, muy digital, la creación de empleo, la adaptación normativa (“la reforma después de la reforma”), la transformación del modelo productivo y la competitividad y, por supuesto, la gestión del talento parecen los principales.
El Reto del Talento
La gestión del talento es hoy un desafío de ida y vuelta. Si ya es un hito ser eficaces en la atracción del talento, eso sólo es la mitad del camino. Después toca fidelizarlo construyendo relaciones estables a partir de aportar credibilidad, solidez y confianza. Es la hoja de ruta para alcanzar fórmulas de productividad y competitividad de forma sostenible.
El desafío de la atracción de talento hace necesarias nuevas estrategias para conectar con los candidatos sustentados en inversión en nueva tecnología, revisión de procesos y una atractiva propuesta de valor al empleado/a. La alternativa pasa por contar con socios confiables que viabilicen el coste de todas estas inversiones.
Por otro lado, asistimos en estos momentos a las mayores tasas de rotación voluntaria que hayamos visto. Dificultades en la retención de talento que se constatan cuando 4.000 personas de forma recurrente, todos los meses, dejan su puesto de trabajo. La gran renuncia y el despido emocional, son conceptos muy familiares que ponen a prueba a nuestras organizaciones a diario. Ante este escenario en movimiento, la formación y el reskilling se imponen como una solución de garantías que potencie las competencias de los empleados y de fondo su empleabilidad, y asegure por otro que las empresas disponen del capital humano adecuado y adaptado al momento.
Flexibilidad para ser competitivos
Con la innovación y la productividad también la flexibilidad se configura como una de las principales claves del futuro cercano del trabajo. En un mundo global, incierto, volátil, es esencial procurarnos flexibilidad para responder con agilidad a los dilemas que nos presente el entorno y competir de tú a tú como empresas que están a miles de kilómetros, y que aspiran a ocupar nuestra posición en el mercado. La normativa laboral recoge un sólido abanico de opciones para flexibilizar y ejecutadas de la forma adecuada nos permiten ser más competitivos.
Eso sí, no podemos olvidarnos del destacado rol que ha de jugar el líder, el gestor de talento, que lo hará con plantillas donde conviven hasta cuatro generaciones diferentes y en un ecosistema donde ya están incorporados los nativos digitales.
Con todo, ya no cabe duda de que el futuro del trabajo será digital o no será, pero con el factor humano más presente y determinante que nunca.
Jesús Moreno
Director Territorial Centro & Canarias
Adecco Staffing