Es de público conocimiento que para que una empresa funciona debe de haber líderes y subalternos. Si todos tuvieran el mismo grado de autoridad, sería un caos y lo mismo si nadie lo tuviera. El liderazgo participativo es una opción muy beneficiosa para aquellos empresarios que quieren imponer su autoridad sin demasiado autoritarismo.
Ante todo, debes tener presente que para que un equipo funcione todos sus miembros deben tener presente el bienestar común de la empresa. Tener en cuenta las opiniones de todos los empleados, es ventajoso a la hora de tomar decisiones y la correcta reacción de los mismos. Si van juntos hacia una misma meta, la aceptación de los cambios será inmediata.
En este artículo, te contamos en qué consiste el liderazgo participativo, aquel que huye de las actitudes autoritarias para dejar paso a la gran aliada de los empresarios: la comunicación.
Qué es el liderazgo participativo
El liderazgo participativo busca aprovechar la sabiduría de todos los individuos para autoorganizarse en grupos. No importa cuán grande o pequeño sea el grupo, siempre se puede aplicar este tipo de liderato.
La base del liderazgo participativo es que todo individuo pone su energía en cosas que realmente le importan. No es lo mismo trabajar para obtener alimento y vestido que hacerlo porque nos importa que salga adelante y llegue lo más lejos que pueda.
Cuando nos sentimos parte de una entidad, sentimos los logros empresariales como propios, al igual que los fracasos. Es ese sentimiento de pertenencia el que mueve a los trabajadores a hacer lo mejor que pueden. Así te aseguras de que consigues mejores índices de productividad y empleados indefinidos que no se irán con la competencia.
Este modelo se utiliza, sobre todo, en aquellas empresas que no solo están enfocadas en los resultados. A veces, existen tareas más complejas que tienen que ver con el trabajo interno de la empresa que requieren de una comunicación fluida y un diálogo cercano.
Características que diferencian al liderazgo participativo de cualquier otro
Forma de tratar los problemas. Aunque el líder es el que toma la decisión final, los conflictos se hablan en equipo para conocer cuáles son las opiniones de todos. Esto permite una perspectiva más amplia de lo sucedido y se certifica que se toma la mejor decisión.
Buenos niveles de motivación. El líder es el primero que busca aprender de sus errores y siempre hallar nuevas formas de mejorar. Es empático y busca enseñar con el ejemplo. Está atento a las necesidades de los miembros del grupo para sacar lo mejor de ellos.
Esfuerzo colectivo. Aunque no todos tengan el mismo grado de autoridad, los objetivos son los mismos y cada empleado pone su granito de arena y es responsable de lo que hace.
¿Por qué es importante tener un líder participativo?
A nadie le gusta seguir las órdenes de alguien que es autoritario o que dice las cosas de mala manera. Se puede decir lo mismo con un alto grado de empatía y elocuencia, haciendo que los demás no se sientan amenazados o con miedo de perder su trabajo.
Se trata de naturalizar los errores y verlos como oportunidades de hacerlo mejor la próxima vez. El líder participativo es uno de los más buscados hoy en día, porque aporta un alto grado de positividad.
Mediante el diálogo y el óptimo intercambio de opiniones, agiliza los procesos, toma decisiones y optimiza resultados. Es capaz de resolver conflictos y llegar a un consenso con los miembros del equipo, haciéndolos caer en su propia responsabilidad a la hora de trabajar.
En qué puede beneficiar a la empresa
Entre las múltiples ventajas que trae contratar un líder participativo se encuentra que se convierte en moderador, motivados, mediador y apaciguador de problemas. Todo en uno.
Los equipos sobre los que se aplica el liderazgo participativo son inspirados a través de las técnicas de la escucha y el respeto. Estimula y orienta el camino que debe seguir el equipo. El resultado son equipos más productivos y comprometidos.
Cómo implementarlo en mi organización
Para que esta forma de liderazgo se lleve a cabo hay una serie de acciones que deben realizarse, tales como la distribución de responsabilidades equitativa. Con esta acción, se busca que cada miembro del equipo tenga se grado de importancia a la hora de tomar decisiones en la empresa, pero sin que todos tengan la misma autoridad.
Generación de espacios de debate sanos. Establecer momentos en los que los trabajadores puedan dar su opinión libremente sin miedo a ser juzgados. La escucha activa y el reconocimiento de las opiniones de los demás brinda un ambiente de tolerancia y aceptación que no todas las empresas tienen.
A su vez, el liderazgo participativo permite que talento y el capital humano valioso permanezcan en tus filas.