El coaching como herramienta de aprendizaje
Si preguntamos a Google “¿Qué es el coaching?”, en menos de un segundo te facilita más de 90 millones de resultados. Si leemos con cierto detalle, existen multitud de definiciones, opiniones, tipologías, ámbitos de actuación y escuelas, y uno no sabe muy bien cual o cuales son las repuestas “correctas”. Incluso la Wikipedia ya advierte de que su definición no tiene una redacción neutral, necesita revisión.
Viendo esto no es extraño por tanto, que sigan existiendo ciertas dudas al respecto de lo que es el coaching y para qué sirve.
Actualmente tenemos el reto de captar y retener talento; la experiencia del empleado es elemento diferencial y eje de sostenibilidad; sin embargo curiosamente descubro que muchas empresas identifican el coaching como algo caro, difuso en el contenido y estructura. y orientado exclusivamente a managers de cierto nivel. Lo resumen como charlas, con cierto impacto, pero no pueden evaluar claramente su retorno.
Estamos en un momento en el que el microelearning es la tendencia. Se consume formación como si fueran series de televisión, y en muchas ocasiones, pesa más la forma que el fondo. El metaverso va ampliando su espectro y las empresas acceden a él con la intención de encontrar algo novedoso y diferencial.
Independientemente de si es el metaverso, en remoto o presencial, el coaching es diferencial en cada proceso; es innovación y futuro, un proceso de cambio, de probar y atreverse, de sentir que puedes, que creces; y momento también de emprender acciones para conseguir los objetivos y retos planteados.
Como proceso de cambio y aprendizaje un proceso de coaching puede tener momentos complejos, de incertidumbre y bloqueo. Sin embargo, el/la coach ayudará a explorar, desbloquear, avanzar y acelerar el aprendizaje; es donde el coaching aporta su gran valor.
¿Siguen las empresas confiando en el coaching?
Los datos así lo confirman. Según la última encuesta global de ICF, en 2022, el número de coaches aumentó el 54% respecto a 2019. La facturación alcanzó aproximadamente 4.564 millones a nivel mundial, un 60% superior a 2019.
Aún así, sigue habiendo dudas de si contratar coaching y cómo hacerlo. Algunas son:
- ¿Se puede medir el coaching? Con la evaluación 180º o 360º podremos identificar la evolución y su impacto en OKRs o KPIs. Un informe de resultados agregados, ayuda a conocer la evolución durante el proyecto.
- ¿Cómo controlo el proceso? ¿Puedo tener información? Siempre y cuando se respete el marco de confidencialidad que debe ser absoluto entre coach y coachee. Sin esta premisa la persona puede sentirse vulnerable, por lo que el proceso no llegará a su máxima eficacia, si no que alcanzará niveles “cosméticos” sin impacto real en el aprendizaje y en la empresa.
- ¿Qué sucede si los objetivos de la empresa no coinciden con los que quiere trabajar la persona en su proceso? Cuando esto sucede puede haber diferentes motivos: falta de comunicación sobre las expectativas de ambos, falta de alineamiento, un momento complicado y/o de cambio empresarial o de la propia persona/equipo… Si esto sucede, es responsabilidad del coach recordar al coachee/equipo para qué está planteado su proceso. Si la persona está desalineada con los objetivos, probablemente podría ser necesaria una conversación con su responsable y/o el departamento que ha recomendado o solicitado el proceso. En la mayoría de las ocasiones hay consenso. El coach ayudará a sus coachees a tener esa conversación y obtener el mejor resultado para todas las partes.
- ¿Cómo sabremos que funciona? El coaching es un proceso de aprendizaje y desarrollo del talento, bien de la persona, bien del equipo. Y necesita su tiempo. Los microaprendizajes suceden continuamente en el proceso y probablemente es la forma más efectiva de transferir el conocimiento al puesto, pues, si la persona o equipo realmente están comprometida ( en el quiero-puedo-lo voy a hacer) aplicará los cambios de forma casi inmediata o en el plazo establecido y posible, los entrenará y se mantendrán en el tiempo. Es decir, desarrollará la habilidad, seguirá aprendiendo, practicando… su learnability aumentará de forma exponencial.
- ¿Cuántas sesiones debo contratar? Esto depende del objetivo que se plantee, el nivel de madurez profesional del coachee o equipo.. Si antes era habitual realizar procesos de 10 o más sesiones, actualmente la media es de 3 y 6 según el punto de arranque. Para evitar dudas, es importante contar con un asesoramiento profesional que ayude a determinar la mejor opción, y en la medida de lo posible dejar abierta la posibilidad a realizar algunas sesiones más si el coachee o equipo lo necesita o solicita.
- ¿Para quién es recomendable un proceso de coaching? Si apuestas por el talento, el coaching te ayuda a descubrirlo, desarrollarlo, potenciarlo y elevarlo a su máxima expresión, independientemente de su posición.
- ¿Cuál es la mejor metodología de coaching? Cada coach dirá que utiliza la mejor. Pero el coaching en sí mismo es ecléctico, se nutre de herramientas de diferentes disciplinas como la psicología, la filosofía o el deporte. Da igual si lleva un apellido PNL, Gestalt, estoico, coactivo, apreciativo, transformador, agile… ante la duda dejarse asesorar por consultores expertos en proyectos de aprendizaje empresarial suele ser la mejor opción.
Independientemente de si es el metaverso, en remoto o presencial, el coaching es, en definitiva, innovación y futuro. Un proceso de cambio y aprendizaje, de probar y atreverse, de sentir que puedes, que creces. Momento también de emprender acciones para conseguir los objetivos y retos planteados.
Como proceso de cambio y aprendizaje, un proceso de coaching puede tener momentos complejos, de incertidumbre y bloqueo. Sin embargo, el/la coach ayudará a explorar, desbloquear, avanzar y acelerar el aprendizaje; es donde el coaching aporta su gran valor.
Pilar Zarzuela
Gerente de Grandes Cuentas - Dirección territorial Centro &Canarias